Cómo nuestros uniformes médicos nos pueden hacer sentir y rendir mejor

Cómo nuestros uniformes médicos nos pueden hacer sentir y rendir mejor

Publicado por Dr Carolina Hernandez, MD, MSc, MBA en

La cognición atávica, o enclothed cognition, explica por qué todos tenemos ese uniforme favorito que nos eleva el ánimo y nos hace rendir más. ¿Has escuchado el concepto anteriormente? Viene de un estudio realizado en el 2012 que comprobó cómo la experiencia física de portar ciertas prendas nos afecta psicológicamente. 

Este descubrimiento impacta a grandes rasgos los sectores que requieren de atuendos específicos, incluyendo el de la salud. Así, los empleadores pueden tomar en cuenta que los uniformes y dotaciones que les dan a sus empleados afectan directamente sus sentimientos y hasta su rendimiento en el trabajo.

Para los profesionales de la salud, cuyas horas de trabajo se pueden extender inesperadamente, portar prendas que los apoyen emocionalmente y físicamente puede hacer una diferencia significativa.

Exploremos a fondo de qué se trata la cognición atávica y cómo podemos aplicar este conocimiento para mejorar la experiencia del personal de la salud.

El estudio con batas médicas de Galinsky y Adam

Adam D. Galinsky y Hajo Adam del Northwestern University en Illinois, Estados Unidos, decidieron unificar los estudios sobre la influencia psicológica del vestuario en 2012. Entrevistaron a varios estudiantes con un promedio de 20 años de edad y su principal hipótesis se centró en los cambios de rendimiento cognitivo de las personas al usar batas blancas, descritas como batas médicas.

A través de tres experimentos, los estudiantes hicieron varias actividades que los desafiaban mentalmente, como el Stroop test. Esto lo realizaron con su vestuario casual, batas blancas descritas como médicas, batas blancas descritas como de pintor, y finalmente teniendo las batas a la vista pero sin portarlas. Cada experimento se enfocó en aspectos como el impacto simbólico de las batas blancas con solo mirarlas y mejor rendimiento durante los ejercicios portando o no las batas. 

Finalmente, pudieron concluir que usar batas blancas definidas como batas médicas tenía un impacto psicológico y emocional que se reflejaba en desempeño mejorado, asociado a la percepción positiva de la prenda.

El estudio ha sido mencionado por publicaciones como The New York Times, Scientific American y The Atlantic, analizando los resultados y su relevancia para varios segmentos de la industria de la moda.

El impacto psicológico del vestuario médico

Todos conocemos el impacto que tiene la ropa que usamos en la percepción que otras personas tienen sobre nosotros, pero poco se había hablado de su efecto sobre nuestras emociones y manera de actuar. La cognición atávica nos da una explicación clara de por qué preferimos ciertos uniformes médicos sobre otros, y por qué algunos nunca salen del closet y otros están desgastados del uso constante. 

Puede que asociemos positivamente el vestuario con nuestros colores favoritos, cortes más elegantes y tallas que se ajustan perfectamente a nuestro cuerpo. Por eso le damos prelación a algunas prendas que nos ayudan más en el ambiente laboral. Otros uniformes pueden transmitirnos más seguridad, como los uniformes antifluidos, y por eso los preferimos. 

Otros estudios también han demostrado que los uniformes específicamente tienen influencia en las emociones y la productividad en el trabajo. Por lo tanto, es esencial priorizar aún más el vestuario médico que seleccionamos y exigir alta calidad de material y diseño a fabricantes y distribuidores.

Mayor productividad a raíz del uniforme adecuado

El estudio de Galinsky y Adam también confirma que las prendas que asociamos positivamente impactan nuestra atención y rendimiento al realizar actividades cognitivas. Ya que los profesionales de la salud se mantienen físicamente activos en el trabajo, este factor que conecta a su uniforme médico con mejor desempeño los puede guiar a escoger mejor indumentaria.


Un elemento que puede afectar la experiencia del personal de la salud es comprar tallas a medida en lugar de tallas genéricas, garantizando que la indumentaria permita un mejor desempeño físico. Así, los médicos, enfermeras y demás profesionales del sector pueden conectarse positivamente con sus prendas al ser más cómodas y hechas para su cuerpo, aumentando la productividad.

Como lo demuestra el estudio, tener en cuenta la cognición atávica al momento de decidir qué vestuario médico adquirir trae consecuencias positivas. Esto es mucho más relevante para quienes usan uniformes, ya que este elemento de protección personal hace parte clave de su labor diaria.

Para seguir descubriendo los impactos positivos de un vestuario médico de calidad para el personal de la salud, visita nuestra sección de blogs aquí.

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