La industria textil es responsable del 20% del desperdicio de agua a nivel global y genera 92 millones de toneladas de desechos textiles cada año. Sus prácticas han dejado como resultado una huella de carbono que no se disipará de la noche a la mañana, pero la industria está empezando a cambiar sus hábitos para ser más consciente sobre el medioambiente.
La industria de la moda ética, en particular, ha surgido para proveer al mundo ropa de igual o mejor calidad con el mínimo impacto ambiental y social. De hecho, se estima que la moda ética crecerá a los $11.12 billones de dólares en 2027 con un progreso anual del 8%.
Para marcas con un portafolio de productos específicos, especializados y que incorpora la última tecnología en sus prendas, como las del sector de ropa médica, la sostenibilidad nace de estrategias de reducción de desperdicios y alianzas que aseguren prácticas sostenibles tanto con el medio ambiente como con sus trabajadores.
En Colorchain, implementamos un modelo de producción para uniformes médicos que nos permite ofrecer calidad y sostenibilidad simultáneamente, y nos unimos con proveedores y organizaciones que minimicen los desperdicios y promuevan el bienestar social.
Analicemos las alternativas sostenibles que la industria de la indumentaria médica puede adoptar para ser más sostenible en la producción de uniformes y dotaciones.
Reducir los desperdicios textiles a un mínimo al confeccionar uniformes médicos
Aunque se habla mucho de la cantidad de ropa que va a rellenos sanitarios diariamente, poco se dice de la sobreproducción de prendas. Se ha reportado que entre 15 y 45 billones de prendas producidas cada año nunca serán vendidas.
Estas cifras están en manos de la industria textil y es su responsabilidad reducirlas al máximo. Esto requiere de usar modelos de producción menos convencionales pero igualmente efectivos y un alto nivel de planeación para producir exactamente lo que se necesita.
Un modelo que asegura que un negocio no compre más materia prima de la necesaria ni produzca más bienes de lo que vende es el just-in-time, o justo a tiempo en español. Esta dinámica en las líneas de producción también asegura que los trabajadores realicen sus tareas a un paso manejable y trabajen en equipo, reduciendo de este modo la sobrecarga laboral, priorizando el bienestar y la calidad.
Mayor calidad de prendas para reducir devoluciones y desechos
Por muchos años, las personas—en su mayoría mujeres—han batallado con la disparidad de tallas de marca a marca. La lista de marcas que producen tallajes incorrectos es extensa, pero el número aumentó con el surgimiento del fast fashion y su impacto ambiental, donde además las marcas prestan poca o ninguna atención al detalle y la calidad del producto, como en el caso de Shein.
La falta de calidad en la tela y el tallaje, entre otros inconvenientes, también ha aumentado la tasa de devolución de prendas compradas online a un 40%. Estas devoluciones conducen a ropa que nunca se usará y una mayor contribución a los gases invernadero por envíos.
La industria de uniformes médicos, dada la alta actividad física y riesgos biológicos que manejan sus clientes, debe garantizar la mejor calidad en sus productos para que le brinden confort al personal de la salud. La atención al cuidado, la precisión en las tallas y el uso de buenos materiales son factores cruciales, no solo para reducir las emisiones de gases, sino también para cuidar la salud mental de los profesionales.
Aliarse con proveedores textiles sostenibles para la producción de uniformes y dotaciones
Las telas de uniformes médicos son hechas con materiales muy específicos y requieren de procesos químicos especiales para proteger exitosamente al personal médico. Entre estos materiales se encuentra el poliéster para hacer uniformes antifluidos que protege la piel de riesgos biológicos, y que además cuenta con un factor moisture-wicking que termorregula el cuerpo y se deshace del sudor. Esta tela se puede encontrar tanto en tops como en pantalones y batas médicas.
Dadas estas exigencias, los proveedores textiles tienen la capacidad de reciclar sus telas, ya que son en su mayoría plásticas, y reutilizarlas para hacer nuevas telas. Igualmente, se están empezando a desarrollar prácticas que usan menos agua para teñir las telas con tecnología de micronebulización, que podría ayudar a la industria a reducir el consumo de agua de 40 a 80%.
Apoyar a proveedores más verdes es un avance significativo en la sostenibilidad de los uniformes médicos que confecciona cada marca.
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