Mientras hablar sobre la salud mental se ha normalizado en los últimos años, este tema sigue siendo causa de estigma entre los profesionales de la salud. Por la naturaleza del sector, donde se debe ser altamente empático, estoico y resiliente para velar por el bienestar de otros, es fácil olvidarse de las necesidades propias.
Sin embargo, el personal de la salud enfrenta diariamente situaciones desafiantes que pueden afectar gravemente su salud mental. No por nada, al estudiar a los profesionales tras la pandemia del COVID-19, se descubrió que su bienestar mental es precario, mostrando signos de depresión y estrés más altos que la población en general.
En Colombia, el Ministerio de Salud reconoció la importancia de la salud mental como uno de los riesgos más grandes en el gremio de la salud, e invitó a empresas, incluyendo a las Prestadoras de Servicios de Salud (IPS), que encuesten a sus trabajadores para detectar síntomas serios a tiempo.
Aunque indudablemente se deben hacer cambios en las instituciones de salud para mejorar horarios laborales y los uniformes médicos, el personal del sector puede hacer actividades extracurriculares y pequeños cambios en su rutina para mejorar su salud mental.
Indaguemos a fondo tres tips para lograrlo.
Conectar regularmente con otras personas
La pandemia nos demostró los efectos adversos de la poca interacción social, lo cual también puede suceder incluso si no estamos en tiempos de confinamiento. Aunque parezca obvio, muchos olvidan las grandes ventajas de mantener el contacto con sus allegados, sean familiares, amigos o colegas de trabajo.
Un estudio demostró que los profesionales de la salud que interactúan poco con sus seres queridos tras la pandemia sufren de soledad con más facilidad, lo cual se ha relacionado con síntomas de ansiedad, depresión y problemas para dormir.
Para ponerlo en práctica, es importante encontrar maneras de priorizar pasar tiempo con familiares y amigos para combatir la soledad. Llamar por teléfono también puede ser de ayuda cuando reunirse no es una opción fácil. Esto también se puede afianzar durante la jornada laboral para mejorar la salud mental en el trabajo, coincidiendo para almorzar con colegas o tomar un break juntos cuando la situación lo permita.
Adicionalmente, tomar tiempo libre para aventurarse a conocer nuevas personas en una librería, un café o mientras viajas de vacaciones puede ayudar a reducir la soledad y sus efectos negativos. Esto último puede ser de gran beneficio ya que viajar nos saca del contexto conocido, generando un reset mental que disipa el estrés.
Un estudio publicado en Nature incluso comprobó que quienes cambian de escenario constantemente tienden a ser más felices. Aunque no es fácil viajar todo el tiempo, planear vacaciones para conocer nuevas culturas y personas nos ayuda a enriquecer nuestras perspectivas.
Activarse físicamente y mentalmente
Hacer actividades extracurriculares quita el estrés diario y reduce el burnout laboral—y muchos doctores lo corroboran. Un estudio reciente reveló que el 93% de los doctores encuestados ven los intereses externos al trabajo como un factor favorable para reducir el desgaste y la desconexión laboral.
Un hobby popular que puede ayudar a agrupar lo físico y lo mental es el yoga. Se ha demostrado que practicar esta disciplina, que combina la meditación con trabajos de respiración y relajación, contribuye a tratar la depresión. Adicionalmente, correr también ha sido un ejercicio considerado como terapia por excelencia, ayudando a mitigar síntomas de depresión y ansiedad.
Aunque nos identifiquemos fuertemente con nuestra vocación de profesionales de la salud, es importante también dejar los scrubs a un lado de vez en cuando. Recordar que podemos construir una vida fuera del trabajo nos permite expandir nuestros horizontes, activarnos físicamente y mentalmente y así obtener un mejor balance entre lo personal y lo laboral.
Concretar una rutina
Tener una rutina es la base fundamental para implementar cambios positivos en nuestra vida diaria. De hecho, la organización de medios sobre salud mental, Psychology Today, recomienda establecer una rutina diaria para reducir el estrés y la ansiedad.
Aunque la vida laboral de los profesionales de la salud trae cambios inesperados, tratar de mantener una rutina lo más que se pueda es importante para establecer un sentimiento de control y planear momentos de descanso.
Por ejemplo, separar espacios semanales para conectar con la naturaleza puede tener un impacto positivo en la salud mental. Esto podría ser visitar un parque cercano al hospital, cuidar de plantas y flores en el hogar o hacer un picnic en el parque con amigos.
Debemos empezar a priorizar la salud mental en el trabajo Además de exigir mejores condiciones laborales desde las instituciones y los gobiernos, el personal puede adoptar hábitos diarios para reducir los efectos adversos de la ansiedad, la depresión, el TEPT, entre otros. Por más pequeños que parezcan estos cambios del diario vivir, su impacto positivo puede marcar la diferencia en nuestras vidas.
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